¡¡¡¡Apoteosis en Montjuïc: el Barça sentencia el doblete!!!!

¡Primoroso!, ¡celestial!, grandiosa rúbrica a una primera temporada de leyenda de Herr Hansi Flick. Triunfo titánico que debió ser mayor ante el Madrid, cuarto Clásico consecutivo ganado, segundo con póker de goles (hubo otro con repóker), y doblete casi asegurado, después del ntriunfo en Sevilla, también ante el Madrid. Por no hablar de la Supercopa. Un Barcelona desbocado dejó LaLiga vista para sentencia en la tarde más inolvidable de las que se habrán vivido en Montjuïc a lo largo de estos dos años. Fue un festival de fútbol desbocado, algo descontrolado, pero absolutamente espectacular. Un partido que tuvo de todo: ventaja inicial blanca con doblete de Mbappé, remontada bestial de un Barça sin frenos, con goles de Eric, Lamine Yamal y Raphinha por partida doble, y segunda parte más de este mundo en la que el Madrid, que había estado desquiciado, aprovechó su potencial ofensivo y una actuación escandalosa de Hernández Hernández para regresar con opciones.

Realmente, fue un partido con fases de auténtica locura, que permitieron al Barcelona marcar cuatro goles en veinticinco minutos antes del descanso para dar la vuelta al doblete inicial de Mbappé. Después, un segundo tiempo con alternativas y toma y daca en el que hubo hasta el habitual atraco arbitral a favor del Madrid, en la línea de lo vivido en la final de Copa. Una mano escandalosa de Tchouameni, que además frustró una ocasión clarísima de Ferran, se añadió a una falta siendo último hombre del propio jugador francés también ante Ferran en el primer tiempo. Partido que, recordemos, jugaron Bellingham y Mbappé gracias a la prevaricación de Competición. 

El Barça fue el de simpre: un equipo vertical, de ritmo alto, rockero, que fue a ratos demoledor en ataque, mientras el Madrid anduvo irregular. Su pegada fue demoledora, pero en cambio en defensa fue un equipo renqueante y, en algunos momentos desquiciado. Y eso lo explotó bien el Barcelona en sus ratos de dominio del juego, aunque también concedió en exceso, porque ya no está el depósito para muchas fiestas. Lo sostuvo un Frenkie de Jong colosal, ejerciendo de líder.

Vaya regalito de Szczesny nada más comenzar. Un penalti indiscutible del meta a Mbappé condicionó mucho el partido. Cubarsí hizo un mal control al ir a rechazar un centro en uno de los primeros acercamientos blancos. Se le escapó el balón, que fue a parar al delantero francés. Encaró a Szczesny, que llegó tarde a su pugna por el balón y zancadilleó al galo, que no falló desde los once metros pese a que el meta polaco le adivinó la intención.

Al regalito del portero se le sumó antes del cuarto de hora otro zarpazo de Mbappé ante un nuevo despiste defensivo azulgrana. Encaró a Szczesny con espacio, tras un pisotón de Valverde a Lamine Yamal que el VAR no quiso ver. Faltaría más. Vinicius asistió al francés, que ejecutó a la perfección.

Reset sobre el césped justo a partir de ese momento. El Barcelona, obligado por la necesidad de remontar, dominó a un Madrid que, precisamente, lo que no tiene ahora es un arsenal defensivo para estar seguro en defensa. Demoledor arriba, inconsistente abajo. Y el Barcelona tenía que aprovecharlo.

Inicialmente, en el once de Flick las dos demarcaciones en las que faltaban titulares eran los laterales. Pues fueron ellos los que pulsaron el interruptor.

Con el Barça encerrando al Madrid, Gerard Martín pilló un rechace y lanzó un misil que Courtois rechazó a córner. El nuevo lanzamiento, de Olmo, lo bajó con la cabeza Ferran y lo remató a gol, también de cabeza, Eric, ganando la acción al sobrevalorado Asencio. Lamine Yamal ejerció de crack para marcar el 2-2, un golazo, tras recibir de Ferran de cara y empalmar a gol. ¡Ojo!, segunda asistencia del valenciano.

Al Barça, enloquecido, ya no lo paraba nadie, y menos un Madrid al borde del ataque de nervios. El 3-2, que completaba la remontada, fue fruto de un error grotesco de Ceballos y Mbappé en la media, que aprovechó Pedri para asistir a Raphinha, que superó a Courtois.

Con la remontada hecha realidad, el Madrid entró en un estado de desquiciamiento. Mbappé engañó a Hernández Hernández (tampoco lo puso difícil el trencilla) con un piscinazo ante De Jong, aunque un fuera de juego de esos 'made in Barça' invalidó el penalti. Más tarde habría otro fuera de juego que invalidó un gol de Mbappé. Pero antes, Raphinha había marcado el cuarto, tras un error de Lucas Vázquez. El brasileño combinó con Ferran (tercera asistencia) y marcó. Por el camino, una roja flagrante a Tchouameni por falta sobre Ferran se quedó en amarilla.

Impelido por la necesidad, como ya había ocurrido en la final de Copa, el conjunto de Ancelotti, que se resistía a despedirse así del banquillo blanco, cambió de actitud y, a través de los cambios, de nuevo Modric y esta vez Brahim por un inoperante Güler, plantó cara

O el Barça aprovechaba los espacios que se veía obligado a dejar el Madrid y sentenciaba o marcaba el Madrid y el partido volvía a cambiar. Un error de Iñigo, impropio de su temporada, activó a Vinicius, que volvió a asistir a Mbappé para que lograse su 'hat trick'. Courtois salvó el cuarto en una acción de crack de Lamine Yamal y Raphinha desperdició un gran pase del joven crack, con mjuchos minutos aún por delante.

No pitó penalti Hernández Hernández en una mano clarísima de Tchouameni, que rechazó un remate de Ferran desde la frontal de la pequeña. Tampoco la pitó cuando el VAR le avisó. Un escándalo y una vergüenza. En fin. Las coacciones de la Mafia fueron efectivas y el Madrid estaba vivo en el tramo final. El debutante Víctor Muñoz mandó a las nubes el empate tras jugada de Mbappé y se anuló otro gol en fuera de juego. Pero el final habría sido mayor si Hernández Hernández no hubiese anulado un golazo de Fermín por mano previa, pero no en la acción del gol sino antes de recuperar el balón ante Valverde.