Posiblemente, en lo futbolístico no pase a la historia como el mejor en nada. Pero sí lo va a hacer en algo infinitamente más importante, llegar a ser el mejor y el más querido en los corazones de la gente. Lo logrado por Óscar de Marcos en el Athletic es algo exclusivamente al alcance de elegidos.
A día de hoy, Iribar y él. No sólo en partidos jugados, que también. Contando con tan sólo 36 años aparece a ojos de todos como un futuro representante del Club el día que el Txopo decida dedicarse a otros menesteres. O como ejemplo en formación en Lezama.
Llegó como gran desconocido. Zurigorri de cuna. Su desempeño, tanto en el césped como fuera, hizo que poco a poco viésemos que era alguien diferente, especial. Nunca ha protagonizado ningún hecho que le deje ni nos deje mal. Sí en cambio todo lo contrario.
Entre los liderazgos siempre optó por el silencioso, el que no pareciendo estar sin embargo siempre se hiciese presente. Con el ejemplo. La estridencia nunca fue con él. Su solidaridad y ejemplo, por el contrario y aunque no le guste, hablan de él a gritos.
Predicar con el ejemplo
Una lástima que no fuese capitán muchos años por cuestión de días. Siempre hizo lo que manifestó el jueves en Lezama ante compañeros, ex compañeros y familia: anteponer al grupo respecto a la individualidad. Ejerció de líder dando ejemplo y tratando de hacer feliz al compañero. Por eso lleva el 18.
¿Cuántos ceden el 10? Hacer feliz al de al lado le hizo feliz a él. ¿Qué importancia tiene llevarlo en el césped? Lo importante es llevarlo fuera, como él.
El jueves salieron de su boca muchas frases profundas. Al igual que en el césped, tampoco será el mejor literato, pero sí fue capaz de enviar mensajes de gran calado, frases para grabar en Lezama y como ejemplo de desempeño en la vida. Siempre ha tenido claro quién es, dónde está y hacia dónde quiere y debe ir. Fiel al mensaje de su abuelo ayuda a quien le necesita, es buena persona y trabajador. Por eso le ha ido bien y se le quiere tanto. Por eso nos emocionó e hizo llorar. Como Raúl García hace un año.
Oxigénate, carga las pilas y vuelve pronto. Muchos son importantes, muy pocos imprescindibles. Y tú eres de estos. Cualquiera de los asistentes al adiós en Lezama del ‘Gran Capitán’ debiera dedicar un rato a pensar si se puede llegar a ser así de feliz, querido y reconocido en otro sitio, siendo uno más por mucho dinero en que te bañen.