Primera gran debacle del Real Madrid de Xabi Alonso. Fue en la semifinal del Mundial de Clubes y ante el PSG de Luis Enrique, que jugará la final ante el Chelsea tras pasar por encima del equipo blanco que nunca fue rival para el PSG. El Madrid pagó con una goleada sus graves errores defensivos y las decisiones técnicas de Xabi Alonso. Ahora, habrá que ver las consecuencias que tiene. Y es que con Florentino Pérez en el palco viendo semejante derrota, encima ante el PSG, todo puede pasar.
Nueve minutos. Eso es lo que duró la semifinal entre PSG y Real Madrid. Nueve minutos fueron suficientes para que Asencio y Rüdiger cometieran dos graves errores que acabaron en el 1-0 de Fabián en el minuto seis y el 2-0 de Dembélé, en el nueve. Dos errores garrafales de los centrales de un Real Madrid que se pareció más al de Ancelotti que al de Xabi Alonso. Sin Trent, lesionado de última hora, y Huijsen, sancionado, el vasco se quedó sin los dos fichajes estivales. La gran duda era si iba a jugar Mbappé o Gonzalo y Xabi Alonso sorprendió apostando por los dos, más Vinicius por la derecha. Un 4-3-3 que parecía descompensado y muy arriesgado ante el PSG que llegaba muy fácil y Courtois tuvo que lucirse con dos paradas en un minuto, la segunda a Doué espectacular.
Fueron los primeros avisos de un PSG que no desaprovechó los regalos de Asencio y Rüdiger para reflejar en el marcador su superioridad con los goles de Fabián y Dembélé. Con ese lastre, el Real Madrid iba a contracorriente y, salvo alguna contra, nada hacía pensar en una remontada de los de Xabi Alonso. No sólo eso, si no que parecía que si llegaba otro tanto, iba a ser del PSG. Y llegó. Fue en el minuto 24 cuando Fabián marcó el 3-0 al culminar una gran jugada del PSG que nació de un robo de balón a Bellingham, que no bajó a defender.
El Real Madrid ni estaba ni se le esperaba y el único que intentaba algo era un hipermotivado Mbappé, que pidió un penalti que no acabó en nada porque no era nada. El PSG, infinitamente superior, estaba disfrutando y generando ocasiones para aumentar su ventaja. No lo hizo y se llegó al descanso con 3-0 para el PSG y con el susto de una lesión de Courtois en la última jugada del primer acto.
El Real Madrid tenía 45 minutos para maquillar el resultado y su mal partido, pero Xabi Alonso decidió no cambiar nada tras el descanso. Tampoco cambió el dominio del PSG que marcó en el 48’, pero el tanto de Doué fue anulado por fuera de juego de Dembélé. El Real Madrid tuvo más presencia, es cierto, pero más porque el PSG bajó el ritmo que por méritos propios. De hecho, cuando el conjunto francés apretaba, los de Xabi Alonso sufrían de lo lindo.
Así fueron pasando los minutos y el técnico vasco decidió que Militao y Carvajal iban a reaparecer tras sus graves lesiones y que Modric y Lucas se iban a despedir del equipo blanco en el campo y no en el banquillo. Luis Enrique, viendo que el Madrid no representaba un peligro real y pensando en la final, también movió el banquillo para dar descanso a varios titulares. Unos cambios que no cambiaron el panorama de un partido en el que el Madrid era un no quiero y no puedo, mientras el PSG encontraba autopistas en la defensa blanca para generar ocasiones de gol.
La recta final del partido fue un mero trámite en el que se certificó la debacle del Real Madrid con el 4-0 de Gonçalo Ramos en el minuto 87. Así, con una goleada, los blancos se marcharon del Mundial de Clubes dejando malas sensaciones y muchas dudas.