Curaçao amaneció distinta tras sellar su pase al Mundial 2026, la primera cita mundialista de su historia. No hubo colegio. Los centros educativos cerraron de manera espontánea ante una celebración imposible de contener. Desde primera hora, los habitantes de Willemstad, la capital, salieron a la calle con banderas azules y amarillas.
La fiesta fue total. Los 155.000 habitantes de la isla vivieron una jornada histórica. Curaçao, situada en el puesto 82 del ranking FIFA, se convertía en la nación más pequeña que jamás haya alcanzado una fase final mundialista. Son apenas 444 kilómetros cuadrados rodeados por el mar Caribe, un territorio vinculado al Reino de los Países Bajos, pero autónomo desde 2010, tras la desaparición de las Antillas Holandesas. Esa relación histórica permite la doble nacionalidad, algo que ha influido de forma determinante en el desarrollo deportivo y en la composición de su selección nacional.
En ese estallido histórico hay muchos protagonistas, pero uno de los nombres que resuena con más fuerza es el de Patrick Kluivert.
Kluivert, figura del Barça entre 1998 y 2004, cuyo talento y carácter goleador marcaron una era
MDCuando en marzo de 2015 Kluivert aceptó dirigir a la selección de Curaçao, donde nació su madre, Lidwina Kluivert, en Europa se interpretó como un movimiento inesperado. Un mito del Barça, campeón de Champions con el Ajax, goleador de la selección neerlandesa, al frente de un país diminuto del Caribe. Pero para Kluivert era mucho más que una aventura exótica: era su primera experiencia como seleccionador principal. Una oportunidad de construir algo desde cero.
"Mi madre es de la isla y realmente quiero darle algo, por eso estoy aquí", explicó a 'The Observer' al asumir el cargo. "La Federación me preguntó si estaba interesado en el trabajo y no tuve que pensarlo. Todavía tengo mucha familia aquí y siento una gran conexión con el lugar. Se siente como un hogar, y eso fue clave para mí".
Patrick Kluivert en una imagen como seleccionador de Curaçao
APDesde su llegada impuso disciplina, estructura y profesionalización. Convenció a los jugadores nacidos en Países Bajos, pero con raíces en la isla, para sumarse al proyecto. Los reunió, los escuchó, los hizo creer. Y, sobre todo, les dio identidad. Su etapa duró menos de lo deseado debido a compromisos futuros en Europa, pero dejó al equipo clasificado para la Copa del Caribe 2017 y la Copa Oro de la Concacaf 2017, torneo en el que Curaçao competiría por primera vez en 40 años.
Durante su estancia vivió uno de los momentos que marcaron el rumbo de la selección. En el Estadio Ergilio Hato - el estadio nacional y el más importante del país - pronunció su frase más recordada: "Aquí no hay curso de entrenador que valga". Lo dijo tras un 0-0 ante Cuba en el que la selección vivió su primer gran baño de masas bajo su dirección. Fue la noche en la que Kluivert entendió que Curaçao es pasión, emoción y fútbol real.
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Hasta en el supermercado se celebró el pase de la selección.
Diez años después de su llegada, Curaçao celebró lo inimaginable. Un empate 0-0 en Kingston, capital de Jamaica, certificó la clasificación para el Mundial 2026. El logro llegó bajo el mando de otro histórico neerlandés, Dick Advocaat, un técnico de 78 años que ya había dirigido a Países Bajos en el Mundial de Estados Unidos de 1994. El resultado desató la mayor celebración que ha vivido la isla desde su autonomía. Y aunque Kluivert ya no estaba en el banquillo, su legado fue una base decisiva en el camino hacia el éxito.
La selección de Curaçao celebró su pase al Mundial
Collin Reid / Ap-LaPresseLa particularidad de esta selección es que, para el compromiso decisivo en Jamaica, los 23 futbolistas convocados habían nacido en territorio neerlandés europeo, aunque todos comparten raíces familiares en Curaçao. Muchos desarrollan su carrera en ligas más modestas, como la turca o la Eredivisie. Obispo, Fonville, Floranus y Sambo compiten actualmente en clubes de los Países Bajos, mientras que los hermanos Bacuna - Juninho y el capitán Leandro- lo hacen en la Superliga turca.
Entre ese grupo destaca Jürgen Locadia, delantero sin equipo desde mayo tras su paso por el Intercity alicantino en la Segunda RFEF, convocado a última hora por la lesión del único futbolista nacido en la isla: Tahith Chong, atacante del Sheffield United en la Championship inglesa.