La temporada del Girona es de sobresaliente pase lo que pase en las últimas jornadas. Con la Champions ya en el bolsillo, el objetivo es la segunda plaza y disfrutar del camino recorrido. Sin renunciar a pequeños objetivos como que Dobvyk consiga el pichichi, algo que tiene cerca y que sería histórico, ya que nadie del Girona lo ha conseguido nunca y además rompería con la racha de 13 años seguidos en los que el máximo goleador ha sido de Barça, Real Madrid o Atlético. Fue Dani Guiza en la 07-08 en las filas del Mallorca y con 27 dianas el último en conseguirlo.
Una de las claves del Girona de Champions han sido los buenos números en casa, convirtiendo Montilivi en un auténtico fortín, por el que han ido pasando los rivales sin llevarse ningún premio. La mayoría de adversarios han sucumbido ante la samba de Savinho y Couto, la conexión ucraniana Tsygankov-Dovbyk, la energía de Portu, la veteranía de Stuani y la calidad de Eric, Miguel o Aleix García, entre muchos otros. En definitiva, han claudicado ante la obra de arte del arquitecto Michel.
Un éxito que no se pudo repetir ante el Villarreal, que de la mano de Marcelino vuelve a competir como antaño y no vende barata ninguna derrota. De hecho el submarino supo navegar sobre el verde gerundense sin hundirse en ningún momento, aguantando los momentos de marea alta propiciada por el vértigo que siempre imprime el Girona.
Los palos, Jorgensen y la falta de acierto ofensivo se aliaron con los groguets, que provocaron que hicieron recordar al Girona de Michel el amargo sabor de la derrota en casa 13 partidos después. Una segunda caída que llega en el peor momento, en plena lucha por la segunda plaza que da acceso a la Supercopa con el Barça, que ya tiene todo de cara. Igual que pasó ante el Real Madrid campeón a inicio de temporada (0-3), los catalanes se quedaron sin perforar la portería rival, por tercera vez en su feudo en la 23-24, en la que con 14 victorias, 2 empates y 2 derrotas en casa, Montilivi ha sido casi siempre un fortín, pero no contra el Villarreal de Marcelino García Toral.